I dreaded that first Robin, so,
I wished the Grass would hurry —
So — when ’twas time to see —
He’d be too tall, the tallest one
Could stretch — to look at me —
I could not bear the Bees should come,
I wished they’d stay away
In those dim countries where they go,
What word had they, for me?
They’re here, though; not a creature failed —
No Blossom stayed away
In gentle deference to me —
The Queen of Calvary —
Each one salutes me, as he goes,
And I, my childish Plumes,
Lift, in bereaved acknowledgment
Of their unthinking Drums —
But He is mastered, now,
I’m accustomed to Him grown,
He hurts a little, though —
I’m accustomed to Him grown,
He hurts a little, though —
I thought If I could only live
Till that first Shout got by —
Not all Pianos in the Woods
Had power to mangle me —
Till that first Shout got by —
Not all Pianos in the Woods
Had power to mangle me —
I dared not meet the Daffodils —
For fear their Yellow Gown
Would pierce me with a fashion
So foreign to my own —
For fear their Yellow Gown
Would pierce me with a fashion
So foreign to my own —
I wished the Grass would hurry —
So — when ’twas time to see —
He’d be too tall, the tallest one
Could stretch — to look at me —
I could not bear the Bees should come,
I wished they’d stay away
In those dim countries where they go,
What word had they, for me?
They’re here, though; not a creature failed —
No Blossom stayed away
In gentle deference to me —
The Queen of Calvary —
Each one salutes me, as he goes,
And I, my childish Plumes,
Lift, in bereaved acknowledgment
Of their unthinking Drums —
Emily Dickinson
*
Aquel primer Tordo me daba pavor,
pero, ahora, está amaestrado,
me he acostumbrado a Él de mayor,
y eso que pica un poquito —
Ojalá pudiera vivir, pensaba,
hasta que aquel primer Grito se oyó —
Ni todos los Pianos del Bosque
tenían poder para interrumpirme —
Evitaba encontrarme con los Narcisos —
por miedo a que su Traje Amarillo
me atravesara con una moda
tan diferente a la mía propia —
Quería que la Hierba se apresurara —
así — cuando llegara la hora de ver —
ella sería demasiado alta, la más alta
podría estirarse — para mirarme —
No soportaba que las Abejas volvieran,
rezaba porque se quedaran
en esos sombríos países adonde van,
¿qué tendrían ellas que decirme, a mí?
Pero aquí están; no falta una sola criatura —
ninguna Flor se ha mantenido alejada
por debido respeto a mí —
la Reina del Calvario —
Todos ellos me saludan, al pasar,
y yo, mis infantiles Plumas,
levanto, en afligido agradecimiento
a sus inconscientes Tambores —
pero, ahora, está amaestrado,
me he acostumbrado a Él de mayor,
y eso que pica un poquito —
Ojalá pudiera vivir, pensaba,
hasta que aquel primer Grito se oyó —
Ni todos los Pianos del Bosque
tenían poder para interrumpirme —
Evitaba encontrarme con los Narcisos —
por miedo a que su Traje Amarillo
me atravesara con una moda
tan diferente a la mía propia —
Quería que la Hierba se apresurara —
así — cuando llegara la hora de ver —
ella sería demasiado alta, la más alta
podría estirarse — para mirarme —
No soportaba que las Abejas volvieran,
rezaba porque se quedaran
en esos sombríos países adonde van,
¿qué tendrían ellas que decirme, a mí?
Pero aquí están; no falta una sola criatura —
ninguna Flor se ha mantenido alejada
por debido respeto a mí —
la Reina del Calvario —
Todos ellos me saludan, al pasar,
y yo, mis infantiles Plumas,
levanto, en afligido agradecimiento
a sus inconscientes Tambores —
traducción de Álvaro Torres Ruiz
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